La palabra "durazno" viene del término náhuatl "xocotl", que significa "fruta agria".
Más tarde, este término pasó al español como "xocote" y después evolucionó a "durazno".
El durazno es la fruta del árbol del mismo nombre, que pertenece a la familia de las rosáceas.
Es originario de China y se extendió por todo el mundo a través de las rutas comerciales.
Los españoles lo llevaron a América y por eso en muchos países se le conoce también como "melocotón".