El término "pistacho" proviene del persa antiguo "pistā", que a su vez deriva del avéstico "pistā". El avéstico era una lengua iraní antigua utilizada en los textos zoroástricos. La palabra avéstica "pistā" significa literalmente "lo que se descascarilla", haciendo referencia a la cáscara dura que cubre el fruto del pistacho. Esta palabra pasó al griego como "πιστάκιον" (pistákion) y posteriormente al latín como "pistacium", de donde derivó al español y otras lenguas romances.