El término "whisky" proviene del gaélico escocés uisge-beatha, que significa literalmente "agua de vida". Esta expresión fue aplicada originalmente a una destilación de bebidas alcohólicas producidas a partir de granos de cereales fermentados.
La palabra se acortó posteriormente a uisge y fue anglificada como "whisky". El whisky escocés se elabora principalmente a partir de cebada malteada, mientras que el whisky irlandés se hace a partir de una mezcla de cebada y otros granos. En Estados Unidos, se utiliza la forma "whiskey" para referirse a esta bebida destilada.