Falencia viene del latín "fallentia".
Esta palabra tenía el significado de "falta" o "error".
Se cree que falencia se formó a partir del verbo latino "fallere", que significa "engañar" o "equivocarse".
Así que falencia está relacionada con la idea de que algo falla, tiene un defecto o una carencia.
Es una palabra que se usa para señalar la ausencia o la falta de algo.