Jaime es un nombre propio masculino de origen hebreo. Deriva del nombre hebreo Ya'aqov, que significa "el que sigue la planta del pie" o "sucesor". Este nombre hebreo se romanizó como Jacobo en latín y posteriormente evolucionó a formas como Jaime en español, Jacques en francés y James en inglés. El nombre Jaime fue popularizado por la famosa figura bíblica Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham.