María es un nombre propio femenino de origen hebreo. Deriva del nombre hebreo Miryam, que a su vez proviene de las palabras mara ("amarga") y yam ("mar"). Una posible interpretación es "señora del mar" o "la que eleva". El nombre alcanzó gran popularidad por María, la madre de Jesús en el cristianismo. Es uno de los nombres femeninos más comunes en las culturas de tradición cristiana.