Salomé es un nombre propio de origen hebreo. Su etimología proviene del término hebreo "Shalomit" o "Shlomit", que significa "pacífica" o "mujer de paz".
Este nombre se hizo famoso por la figura bíblica de Salomé, quien fue la hija de Herodías y sobrina del rey Herodes Antipas. En el Nuevo Testamento, se menciona que Salomé realizó la danza de los siete velos ante Herodes en su cumpleaños, lo que llevó a la decapitación de Juan el Bautista.
El nombre Salomé ha sido utilizado a lo largo de la historia, especialmente en la tradición cristiana, y ha adquirido diversas connotaciones culturales y artísticas, siendo representada en obras literarias, musicales y pictóricas.